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El Pusilánime

  La tristeza es un sentimiento que viene y va. Pero, por lo menos conmigo, una vez que viene, alquila un hospedaje de mínimo una semana en mi cabeza. Supongo que es algo que debería esperar. Tantos días estando bien tenían que parar en algún momento, tantos días en un constante estado de paz tenía que frenar. Hay veces que para dar lugar al enojo o a la soledad o alguna otra emoción que no esté acostumbrada a sentir seguido, más bien olvido que siento seguido. Es un olvido intencional, un olvido de infancia que nunca perdí y no creo perder en un futuro cercano.   El Pusilánime  Es difícil decir lo que quiero decir es penoso negar lo que quiero negar   mejor no lo digo mejor no lo niego Mario Benedetti               Pero la tristeza sigue presente cuando me siento en el piso de mi cuarto. Cuando observo mis cuatro paredes, pero no me encuentro en ellas. Cuando intento responder al mensaje que me dejó así tirada y ninguna palabra sale. A mí siempre me salen las palab

¿Tienen hijos de mi edad?

El domingo era como cualquier otro. Almuerzo en el departamento de la abuela después de una semana más de una rutina que no parecía frenar. Íbamos todos en ese momento, los cinco hermanos estaban presentes con sus respectivos hijos e incluso algunas de las ex parejas que seguían siendo familia. Yo, como siempre, me aislaba en el cuarto extra que tenía mi abuela en su departamento. Era mi lugar seguro en esa casa, entre todos los adultos (o por lo menos gente joven que era claramente mayor que yo), ahí yo podía ser una niña con la tele con caja que solo tenía canales de aire por lo que quedaba puesta en el canal número 10 donde sabía que pasaban Los Simpsons a esas horas del mediodía. Siempre me llevaba algo más para hacer, un libro para leer, un álbum de figuritas para completar, un cuaderno para dibujar o pintar o alguna otra cosa para poder entretener a la nena de 8 años que siempre se encontraba sola ahí. De vez en cuando mi hermano venía conmigo, a él le encantaban tanto Los Simpso

Reflexión sobre el Museo Nacional de Bellas Artes

  El recorrido del Museo Nacional de Bellas Artes fue una experiencia hermosa. Tardé dos horas más o menos en recorrerlo entero pero, por la cantidad de obras que hay dentro de este, sé que visitarlo otra vez no estaría de más, ya que no pude quedarme viendo detenidamente todas las obras que exponía. Fui acompañada por un amigo lo que hizo que la experiencia sea aún más enriquecedora ya que él sabía muchas cosas de religión que se mostraban en ciertas obras, que no hubieran significado nada si no hubiese estado con alguien que lo hubiese explicado. En general las obras que más me llamaron la atención fueron los retratos de personas. La manera en la que el artista capturaba la esencia del sujeto pintado, en ciertas ocasiones hizo que me quedara un largo rato observando la obra. Me impactó muchísimo la manera en la que el artista podía demostrar la emoción de la persona que pintaba con su propia mano, hizo que mi admiración hacia artistas crezca aún más de lo que ya estaba. Otras obras q

actividades de sábado a la noche

  -¿Alguna vez te dije mi primera impresión tuya?- le digo a Mate mientras nos balanceamos en las hamacas. Siempre venimos al río cuando queremos salir de nuestras casas, sin importar la distancia o el clima. Haga frío o calor, es muy probable que encuentres a dos chicos en hamacas para niños de siete años hablando de la vida a las tres de la mañana. Es parte de la rutina.  -Creo que recuerdo algo así como que te caía mal- me responde mientras se observa las zapatillas, sonriendo. Seguramente le traje los recuerdos de la noche en la que nos conocimos. Fue totalmente aleatorio nuestro encuentro, sigo pensando que el destino nos puso en el camino del otro, porque sino, no tiene sentido.  -La primera vez que te vi pensé que eras idéntico a otro amigo mio. -¿En serio? ¿Físicamente o me escuchaste y te diste cuenta de mi cautivadora personalidad al toque? Le sonrío. Son comentarios como estos que hacen que nunca me canse de verlo. Es tan engreido, pero en el buen sentido. Lo exagera todo

Rojo

  Tengo miedo. Me están persiguiendo y lo único que hago es correr. Me duelen los pies de pisar tan fuerte por toda la adrenalina que me mueve. Si no estuviera tan asustada, creo que me hubiera cansado hace más de tres cuadras. Me están persiguiendo desde que bajé del taxi. Y no sé cómo me di cuenta tan rápido, pero una vez que empecé a apurar el paso, la mujer lo hizo conmigo.  Pasaba calles y calles, autos de todos los tipos, de todos los colores y personas en las cuadras de enfrente que miraban todo. Pero no hacían nada. No sabría cómo se vería la secuencia desde afuera. ¿Se darán cuenta de que estoy totalmente asustada, de que esto no es un juego que comparto con la mujer que me persigue? ¿Se verán las lágrimas que me nublan la vista mientras sigo corriendo a una velocidad que ni yo sabía que podía alcanzar? No creo, porque sino haría algo, ¿verdad?  Ya llega un punto en el que miro para atrás cada tres segundos y la mujer sigue ahí. No se como hace para seguir ahí, tampoco se

Querido Vincent

  Querido Vincent, La verdad, tu carta me tomó por sorpresa, no esperaba escuchar algo de vos. Pero por lo visto te estás quedando solo y necesitás ayuda. Disculpame pero no puedo cortate la oreja. Empecemos con que la idea en sí me parece demasiado dramática solamente porque no podés dejar de hablar de vos mismo. Yo creo que una solución más fácil y sin sufrimiento de tu parte ni de la de Rachel (porque no sé si pensaste en la reacción de la mujer cuando reciba una oreja humana) sería que hables con la muchacha y la escuches.  Vos que tanto amas el arte y todos sus factores, podrías dedicarle alguna pintura, hacer un gesto de amor, sin sacarte una parte del cuerpo que además sería contraproducente a tu idea. Con esto último quiero decir que si vos crees que dándole tu oreja que te sirve para escuchar, por cierto, demuestra que ella va a tener toda tu atención, comprensión, por lo tanto, la vas a escuchar más, literalmente le estás dando la única cosa que te permite escucha

Querido Rocky Balboa

  Querido Rocky Balboa, Sé que esta carta debe venir de forma inesperada para vos pero no se me ocurrió una mejor persona para pedirle este favor. No sé si sabés quien soy pero soy el cantante de una banda nombrada Queen. El punto es, hace poco sacamos un álbum y quería saber si estarías dispuesto a protagonizar conmigo uno de los videos musicales para una de las canciones.  Yo sé que es algo que no es parte de tu trabajo usual, pero creo que tu presencia elevaría mucho más el concepto que busco creativamente con el video. En nuestro último álbum “Jazz” hay una canción que me parece que necesita una cara como la tuya. Se llama “Let me Entertain You” y trata sobre cómo podemos ser cualquier cosa que la gente quiera que seamos para que nos sigan escuchando y viendo, que podemos ser lo que ellos quieran en el gran espectáculo que les otorgamos.  Por eso para el video musical de la canción pensaba que vos podrías ser una gran adhesión al elenco, demostrando que también po