Rojo

 Tengo miedo. Me están persiguiendo y lo único que hago es correr. Me duelen los pies de pisar tan fuerte por toda la adrenalina que me mueve. Si no estuviera tan asustada, creo que me hubiera cansado hace más de tres cuadras. Me están persiguiendo desde que bajé del taxi. Y no sé cómo me di cuenta tan rápido, pero una vez que empecé a apurar el paso, la mujer lo hizo conmigo. 

Pasaba calles y calles, autos de todos los tipos, de todos los colores y personas en las cuadras de enfrente que miraban todo. Pero no hacían nada. No sabría cómo se vería la secuencia desde afuera. ¿Se darán cuenta de que estoy totalmente asustada, de que esto no es un juego que comparto con la mujer que me persigue? ¿Se verán las lágrimas que me nublan la vista mientras sigo corriendo a una velocidad que ni yo sabía que podía alcanzar? No creo, porque sino haría algo, ¿verdad? 

Ya llega un punto en el que miro para atrás cada tres segundos y la mujer sigue ahí. No se como hace para seguir ahí, tampoco se que quiere. No tengo nada para ofrecerle, no soy adinerada, no vengo de una familia poderosa, no tengo algo de valor que no sea mi celular (ni siquiera es nuevo, ya tiene cinco años) Pero de todas formas, la mujer sigue ahí. Miro para atrás otra vez mientras me adentro en uno de los bosques de Palermo. La mujer se aproxima cada vez más rápido, no se si es que yo estoy yendo más lento o ella tiene un botón turbo que la hace volar. Lo raro de todo esto era que la mujer tenía puesto un vestido rojo de salir. Era corto, le llegaba hasta arriba de las rodillas y por lo poco que la pude ver, ella estaba maquillada también. Era una persona que estaba yendo a salir o a tomar algo con amigos. Tenia toda la pinta de que estaba yendo a eso, con sus borcegos negros y sus medias de color piel contra el frio.

Volví mi mirada al frente justo en el momento en el que un árbol se interpuso en mi camino. Y choque contra este. Caí para atrás, totalmente desorientada. La mujer estaba ahí. esta vez no podía reconocer la velocidad con la que se movía. Su vestido fue lo ultimo que vi, el momento exacto en el que el rojo se disolvia en el negro.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Reflexión de la charla de graduados

Mi prima Paula