Pensamiento Destruido: Una entrevista sobre el golpe militar del ´76

         Para conmemorar una de las épocas más oscuras que ha pasado la República Argentina, la dictadura militar que se llevó a cabo entre 1976 hasta 1983, Celia El Idd y Jorge El Idd contestaron una serie de preguntas. Estos dos hermanos, quienes vivieron en primera persona todo el desarrollo del gobierno militar, expusieron cómo lo vivieron desde sus distintos puntos de vista. Ambos Celia y Jorge son hijos de inmigrantes árabes quienes se asentaron en la Ciudad de Buenos Aires, siendo Celia la mayor de cinco hermanos y Jorge el menor de los mismos. En el momento de la dictadura, Celia pasaba por sus años universitarios, siendo estudiante de arquitectura en la Universidad de Buenos Aires mientras que Jorge transitaba su adolescencia bajo este gobierno. 

Al contestar las preguntas, cada uno tuvo una historia única que contar: 


Contame el contexto que estabas viviendo cuando ocurrió el golpe del ‘76


Jorge: “Esa mañana no fuí al colegio, no entendía por qué, salí a la calle mi vieja me dijo que no había clases, no me explicó bien por qué… Recuerdo que me mandó a comprar leche a la despensa y pregunté por un sachet y el tipo me dijo “¡Eeeh con esta revolución querés que haya leche!”...Me quedé jugando a la pelota todo el día en la calle, para mi fue un día más, no entendía bien qué pasaba.” 


Celia: “Me crié en un colegio privado, todo entre algodones. A partir del ´73 empiezo la facultad y fue un cambio muy grande… Yo no tenía idea de cuestiones políticas, si me acuerdo que en el gobierno del ´76 el dólar valía 3,66 pesos nuestros y que mi papá cada vez que había un mensaje del ministro de economía se sentaba en frente del televisor y anotaba las próximas medidas políticas. Yo no entendía bien, era como vivir una historia en paralelo, por el costado explotaban bombas pero no me tocaban, osea me anotaba en las cátedras del partido comunista, me prendia en las tomas de la facultad… Sabía que había algo que no me gustaba pero no sabía que era.

Desde lo personal la vida en familia seguía más o menos igual. En esa época había mucho ataque hacia empresarios… En casa no se hablaba de eso porque todavía era la época en que ciertas cosas no se hablaban entre padres e hijos. Recuerdo una vez me siguieron, iba caminando sola de noche y cuando llegué a la reja de mi casa le cierro la reja en la cara al tipo. Me metí rápido dentro y a partir de ahí mi papá puso a un tipo de seguridad en el jardín de la casa porque también secuestraban a hijos de empresario… Yo siempre zafaba. Del ´73 al ´76 más allá de todo eso yo zafaba y para mi en realidad fueron años maravillosos desde mi crecimiento.”


¿Cómo afectó el golpe militar en tu vida? En lo particular, tu casa, tu vida social, etc.


Jorge: “No me afectó en sí en forma profunda a mi en principio, pero con el correr de los años la dictadura fue horrible… Sentía una represión que luego me dí cuenta que era un pibe reprimido, pero con el tiempo me dí cuenta de eso. Salía con documentos todos los días en la calle, acostumbrado a que la policía me pare, enterarme que ocurrían cosas,  que entraba gente armada a casas y se llevaban todo. Fue una época muy gris.

Yo fui al Otto Krause y el colegio que era del estado estaba intervenido por los milicos. Iba al colegio con saco y corbata, el pelo arriba de la camisa, si pasaba la camisa te amonestaban o te mandaban a tu casa. Todas circunstancia (pausa) restrictivas no había muchas alternativas. Yo en ese momento lo tomaba como algo normal, que un profesor de educación física te explique cómo iba a ser la guerra con Chile por el canal de Beagle (pausa) el tipo te hacía formar, te hacía marchar. Era toda una cuestión de militarizarte, pero no por la cuestión militar sino la cuestión ideológica… El concepto cristiano y de buena familia que era todo mentira.”


Celia: “A partir del golpe es como que entramos a obedecer como nos teníamos que conducir y había un paralelo, el tema de los centros donde la gente estaba detenida que yo no me enteré hasta casi el final de la dictadura. Sabíamos que arrestaban a gente, sabíamos que había gente que estaban buscando pero no se sabía de lo otro. Yo estoy hablando por mí, por ahí otra gente común lo sabía pero pasaron los años y yo no me enteraba. Yo sabía que entraba a la facultad y me tenían que revisar la cartera, de pronto entraban a las aulas y nos volvían a revisar… Te iba chupando el cerebro, vos caminabas como decían que lo tenias que hacer.

Recién me enteré cuando me recibí de arquitecta en el año ´81 en un viaje. Estábamos en Alemania en el tren y una mujer nos empezó a criticar a los argentinos y nos empezó a decir que nosotros, los argentinos, teníamos campos de concentración. Nosotros negabamos todo. Defendíamos eso porque no teníamos real conciencia de que eso existía. Toda la gente que se exiliaba del país nos los empezábamos a encontrar en Europa. El que te baje la información de golpe de todo lo que había pasado, para mí fue terrible.”

Cada vez que pensás en ese momento de tu vida, ¿qué es lo primero que se te viene a la mente?


Jorge: “Lo primero que se me viene es un día nublado de invierno, para mí fue un día de invierno nublado y gris. El contraste fue cuando ganó Alfonsín, la primavera alfonsinista era así una sensación de alegría mientras que lo otro era un clima muy represivo entonces el primer recuerdo que se me viene es un día gris, una tarde de invierno gris, volviendo a mi casa del colegio en el tren.”


Celia: “Toda la gente que murió. Todos los desastres que han hecho. Nosotros a esa edad en la universidad, todos éramos jóvenes que de alguna u otra manera hacíamos política (pausa) Nunca más se hizo política. Lo que se destruyó fue eso, mataron a  todos los que hacían política, eso es lo que más lamento. Lo que se destruyó fue el pensamiento.”


Luego de estas respuestas, los hermanos relataron un par de anécdotas que vivieron en estos años demostrando la represiva realidad en la cual vivieron. 


Jorge: “En el año ´81 cuando vino Queen a la Argentina, hicieron cinco fechas y yo saqué para la última en la cancha de Vélez y me junté unos días antes de ese domingo del recital con un amigo que había ido a verlos una fecha anterior. Fuimos al Pumper Nic que estaba en ese momento en Florida y Lavalle. No sé qué día era, un viernes a la noche, un sábado a la noche, uno de esos, y estaba comiendo una hamburguesa  a las 8 de la noche con mi amigo Horacio y de la nada entran 4 o 5 policías de civil y nos piden documentos. Yo por supuesto lo tenía, pero, de todas formas, a todos los pibes que teníamos 15, 16 años nos formaron y porque sí nos metieron en cana. No paso nada, llame por teléfono a mi casa, me pasaron a buscar, a todos los chicos también pero era la cuestión de averiguación de antecedentes, ante la duda cualquier policía sea de civil o no esté uniformado, te podía pedir los documentos y  te podía meter en cana porque sí, le caías mal y qué sé yo qué pasaba después (...) te metían en la zona oscura de ese manejo horrible y te hacían desaparecer”


Celia: “Volviendo en el taxi con un amigo de uno de mis hermanos y una amiga mía paró un Falcon mientras dejábamos a mi amiga en su casa. Nos hicieron bajar, nos revisaron, ella ya había entrado en su casa. Después nos dejaron ir.

Mucho tiempo después dije me salvé porque ese amigo de mi hermano también andaba armado yo no sabía… Todas mis anécdotas son de ese tipo, me pasa algo pero me salvo.”


Jorge: ”Yo participé en la marcha multipartidaria después de la guerra de Malvinas, el gobierno militar estaba en retirada y se formó la multipartidaria con todos los partidos y la CGT y convocaron una marcha a la que llamaron “Pan, Paz y Trabajo."

Yo fuí adelante con los radicales y con un amigo mio. Fuí a Plaza de Mayo. Estaba a la mitad, a la derecha estaba la parte peronista y la CGT. La policía empezó a reprimir y tiraron gases y no podía respirar. Me fuí corriendo y en el tumulto perdí a mi amigo, llegué hasta Corrientes y Sarmiento. Ya era de noche y aparecieron otros policías y siguieron reprimiendo. Me tiraron balas de goma y me escondí atrás de un quiosco. Después fuí a un local para lavarme la cara y me fuí a mi casa. Ví en mi casa en la televisión que seguían reprimiendo a gente en el Obelisco.”


Estos testimonios y sus puntos de vista tan sombríos de una época de la Argentina hacen que recordemos que esto no tiene que volver a suceder. El hecho de que hubo gente que vivía en la ignorancia sin querer, y que se sentían controlados constantemente que ni siquiera se sentían libres como para hablar de lo que querían es algo que no tiene que volver a suceder. Por eso es importante conmemorar esta época con todos sus grises: para nunca olvidar a la sociedad que perdió a tantos y que sufrió en el no saber, para nunca olvidar a la Argentina dictatorial que generó tanto dolor.


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